Imaginarios en torno a la emigración venezolana

Índice

1.- Introducción

La emigración venezolana hacia otros países de América Latina es un fenómeno sin precedentes en cuanto a movimientos de población dentro del subcontinente. Según Naciones Unidas, hasta 2020, aproximadamente 5,5 millones de venezolanos habían emigrado a otras naciones latinoamericanas. Los principales países receptores son Colombia, con 1,7 millones de migrantes; Perú, con 1 millón; Chile, con 457.000; Ecuador, con 443.000, y Brasil con 261.000[1].

La llegada masiva de emigrantes en tan poco tiempo conlleva consecuencias evidentes en la población local, máxime cuando se trata de países con poca o ninguna experiencia de acogida. El impacto no se da solo en lo material concreto (demografía, economía, mercado laboral, vivienda, transporte, servicios básicos, servicios sociales). También hay un choque sobre lo material simbólico, sobre las percepciones y sentidos comunes que operaban en los imaginarios colectivos.

El presente artículo sintetiza un trabajo realizado a lo largo de cuatro años (2017-2021) de detección, análisis y sistematización de los discursos existentes en Colombia, Ecuador y Perú en torno a la emigración venezolana, teniendo en cuenta que se trata de un acontecimiento en plena vigencia, cuando hasta hace muy poco quedaba constreñido a Europa y América del Norte. El objetivo es indagar en estereotipos y sentidos comunes que surgen al calor de este fenómeno migratorio, tanto los positivos como los negativos. Este material puede
ser la base para la implementación de
políticas activas de integración, que permitan incidir en los aspectos positivos y combatir aquellos negativos relacionados con la xenofobia y el rechazo.

El trabajo se llevó a cabo mediante técnicas de análisis cualitativo de opinión, en concreto de grupos focales (focus groups). En total, participaron casi 300 personas en sesiones realizadas en Bogotá, Cali, Medellín y Buenaventura (Colombia); Lima, Arequipa, Huancayo y Piura (Perú) y Quito, Guayaquil y Cuenca (Ecuador). Las primeras sesiones tuvieron lugar en mayo de 2017 en Colombia y las últimas en enero de 2021 en Perú.

Los grupos respondían a perfiles concretos, determinados por la clase social –de estratos C a E, es decir, clases medias acomodadas, medias, medias bajas y popular-, género, edad, cualificación educativa y adscripción ideológica –entre 3 y 7 en una escala de 1 a 10, siendo 1 lo más a la derecha y 10 lo más a la izquierda). Todos los participantes eran nativos del país en el que se desarrolló la sesión.

Cabe destacar que ninguno de los participantes estaba informado sobre el objetivo de los investigadores de estudiar los discursos sobre la emigración venezolana. De hecho, ni siquiera el tema fue utilizado como disparador de las sesiones. Cada sesión se inició con debates sobre situación política, económica o social del país, con el propósito de comprobar si los discursos sobre la emigración venezolana emergían de forma espontánea. Tan solo fue necesario mencionar explícitamente el tema en una de las sesiones realizadas (Huancayo, Perú, jóvenes de clase popular, indistintamente hombres y mujeres, febrero de 2021). En el resto, los discursos surgían espontáneamente, lo que indica la importancia que el fenómeno tiene en las sociedades receptoras.

Antes de analizar los discursos detectados, es necesario realizar las siguientes advertencias en torno a los estudios cualitativos de opinión mediante la técnica de focus groups:

En ningún caso se puede hacer una traslación cuantitativa de los discursos. No se puede saber qué porcentaje de la población apoya los diferentes discursos detectados. Para ello habría que realizar un estudio cuantitativo (encuesta).

El presente trabajo sistematiza y analiza los discursos que emergieron en las sesiones. Eso no implica que existan otros discursos acerca de la emigración venezolana diferentes a los aparecidos en los debates.

El contenido de los discursos no tiene por qué ser coincidente con la realidad. Los discursos son reales en cuanto a que existen. Pero aquello a lo que se refieren no tiene por qué ser veraz.

Los discursos hiperbólicos despliegan significados más allá de su inexactitud. Suelen evidenciar que el tema es visto con mucha preocupación.

Tan importantes son los elementos que aparecen en los discursos como los que no surgen a pesar de que en la hipótesis de trabajo se esperara su presencia.

2.- Los discursos

Como norma general, los discursos acerca de la migración venezolana están marcados por expresiones y sentimientos negativos: miedo, rechazo, estigmatización, amenaza, desprecio… El lugar de enunciación es irracional y prejuiciado. Es un discurso que no se expresa desde la experiencia propia, sino a partir de relatos ajenos (familiares más o menos cercanos, amistades, el vecindario), de informaciones/pseudoinformaciones de los medios de comunicación y de contenidos difundidos por redes sociales y aplicaciones de mensajería. Estos relatos ajenos se expresan de forma hiperbólica y con un cariz de amenaza latente.

Ya hay tres veces más venezolanos en Colombia que colombianos somos (Colombia).

Te ponen a unos venezolanos en el apartamento de al lado y te tienes que marchar. A un conocido mío le pasó (Perú).

Estábamos más o menos bien hasta que llegaron los extranjeros. ¿Que quiénes son los extranjeros? Los venezolanos, mayormente (Perú).

Aquí yo no digo que se viviera con riquezas, pero más o menos se podía vivir. Ahora ni salir a la calle se puede (Ecuador).

Que vengan para acá es una cuestión política.
Un acuerdo entre Kuzcynski y Trump
(Perú).

Es una invasión hecha desde Estados Unidos para que nosotros tengamos que salir y se queden con nuestras riquezas. Por eso nos traen a los venezolanos (Perú).

Mires para donde mires no ves más que venezolanos (Ecuador).

Hay lugares enteros donde la gente se ha tenido que ir porque llegaron los venezolanos a invadir (Ecuador).

La supuesta amenaza que representa la migración venezolana se concreta en dos aspectos: competencia laboral e inseguridad. Cuando comenzó el trabajo de campo para esta investigación, en 2017, las quejas relacionadas con la inseguridad que presuntamente habrían traído los venezolanos copaban los debates. Sin embargo, en 2020 y 2021, a medida que la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus arreciaba, la competencia laboral aparecía con mayor frecuencia.

 

Descargue la investigación

[1]       https://www.acnur.org/situacion-en-venezuela.html