«En este momento no se trata de una revolución «.

Entrevista con Rodrigo Granda[1]

Rodrigo Granda es considerado el "canciller" de la antigua guerrilla de las FARC-EP. Hoy es responsable de las relaciones internacionales del partido Comunes, surgido de la guerrilla, el cual no forma parte del Pacto Histórico de Gustavo Petro. En las elecciones parlamentarias apenas alcanzó el 0,14%, pero gracias al Acuerdo de Paz cuenta con cinco escaños en el Senado y en la Cámara de Representantes.

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¿Qué ha cambiado en comparación con la situación electoral de hace cuatro años? ¿Cuáles son las razones de los buenos resultados del Pacto Histórico en las elecciones parlamentarias?

Con la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, la situación política del país ha cambiado y el pueblo ha ganado poder. En las anteriores elecciones, Petro obtuvo ocho millones de votos; eso habría sido imposible sin el Acuerdo. En el posterior plebiscito contra la corrupción, consiguió 12 millones de votos. Esto significa que los sectores de la población con mentalidad democrática y los ciudadanos “de a pie” se están dando cuenta que es posible derrotar a quienes han abusado del poder en las elecciones. El año pasado, en abril, hubo un paro nacional. En respuesta, el pueblo no recibió una oferta de diálogo por parte del gobierno, sino plomo, desapariciones, tortura y represión general. Todo esto ha llevado a una situación explosiva. La mala gestión de la pandemia por parte del gobierno también ha contribuido. Fuerzas como los jóvenes, las mujeres y las minorías étnicas han luchado por su lugar en la arena política. Lo cierto es que detrás de todos estos acontecimientos está el descontento de la gente con un régimen que no es tolerante, que excluye y que gobierna solo para unos pocos. Por eso, el pueblo empieza a despertar y a tomar posiciones de cambio, como ya se puede ver en otros países de América Latina.

¿Qué podría lograr un posible gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez?

La gente tiene muchas esperanzas, quiere un cambio profundo, pero depende de varios factores. Para ello, necesita una mayoría en el Senado, que por el momento no existe. Se requiere una coalición de partidos que estén interesados en promover determinados proyectos. Vemos lo que ocurre en América Latina, por ejemplo en Perú. La gente se ilusionó, pensó que podían suceder cambios de gran alcance. Y cuando se observa lo que está sucediendo ahora, es aleccionador. La derecha política será un gran factor de perturbación, aunque haya perdido en las elecciones.

El programa de gobierno de Petro se publicó hace solo unos días, contiene cosas positivas. La continuación del proceso de paz interesa a todo el país y, sin embargo, será un tema polémico en la campaña electoral. La gente espera una amplia promoción de la paz que empodere a los pequeños agricultores, los trabajadores, los estudiantes, las amas de casa, los indígenas, los negros, los jóvenes y las mujeres. El Acuerdo contiene elementos importantes para la transformación, pero solo será posible si se aplica en todo el país. Por supuesto, habrá una fuerte resistencia ya que la situación en las zonas rurales es muy explosiva. Todavía hay grandes terratenientes en Colombia, al menos 40 millones de hectáreas se encuentran en manos de estas personas, quienes tienen vínculos con la economía ilegal y los grupos armados que pertenecen a ella. Asimismo, los sectores tradicionales de la economía trabajan con las grandes empresas transnacionales, especialmente en la producción minera y energética. Tratarán de imponer políticas extractivistas y neoliberales, las cuales Petro, probablemente, intentará frenar.

¿Qué espera el partido Comunes de este posible gobierno y qué puntos tendrían prioridad?

Lo que tiene prioridad para nosotros no cambiará por el momento. Lo primero es el respeto a la vida y la disolución de los grupos paramilitares. La cuestión es cómo detener las matanzas y los desplazamientos. Esto también está vinculado a una reforma agraria integral. Las comunidades rurales y nosotros, los firmantes del Acuerdo de Paz, debemos tener la posibilidad de implementar proyectos productivos, eso es lo esencial.

Otra necesidad clave será detener el descenso de los salarios reales debido a la inflación y luchar contra el desempleo. También es importante atender la inseguridad en el país, afectado por numerosos asesinatos y robos. Además, se deberá reforzar y respetar los seis puntos firmados  en el Acuerdo, el cual debe entenderse como un sistema coherente.

Con voluntad política se pueden abordar importantes reformas en educación, sanidad y vivienda. Pero todavía falta mucho y no sabemos cómo será un posible gobierno de Petro. Recordemos que estar en el gobierno es diferente a tener poder en el Estado. Petro tendrá que administrar el Estado en el marco de la Constitución de 1991. Por supuesto, hay algunos aspectos que pueden cambiar, pero en general estamos en el terreno de la especulación.

¿Qué alianzas necesita este gobierno para lograr algunos de los objetivos mencionados?

La alianza más amplia posible, porque en este momento no se trata de hacer una revolución; también deben participar diversos sectores de la economía. A Petro se lo acusa de expropiación y de «castrochavismo», un término utilizado por la derecha política para dar a entender que Petro es políticamente cercano a los sistemas cubano y venezolano. Sin embargo, todo lo que nos espera es un gobierno progresista. En el mejor de los casos, podrá convertirse en un gobierno de transición que permita al país desarrollar una democracia avanzada en el futuro. Y que el proceso de paz se consolide y los frutos del Acuerdo lleguen a la mayoría de la población colombiana. Así que los retos serán extremadamente complejos y difíciles. No sabemos, por ejemplo, cómo reaccionará la fuerza pública, especialmente el ejército, bastión que históricamente ha estado en manos de la extrema derecha. Con una amplia coalición es posible preservar el orden constitucional que han señalado quienes dirigen el país y que nosotros, que venimos de la lucha armada, seguiremos respetando como una obligación del Acuerdo.

[1] La versión en alemán de esta entrega especial, previo a las elecciones presidenciales colombianas, será publicada en www.rosalux.de

[2] Actualmente realiza una pasantía en la Oficina Región Andina de la Fundación Rosa Luxemburgo, en Colombia, como parte de su maestría en Ciencias Sociales. Mantiene un interés especial por los acontecimientos políticos y el proceso de paz en este país, al cual lo ha estudiado a fondo. En su tesis de licenciatura, abordó el dominio de los grupos violentos en el departamento colombiano del Chocó desde la perspectiva de la población civil.