Caracterización de la violencia policial clasista (2013-2019)

Índice

I. Presentación

De acuerdo con la reproducción del modelo capitalista, que requiere de un tipo particular de control social, los aparatos de seguridad, especialmente la policía, nacieron en Venezuela con un claro sesgo de clases. Su creación, al igual que sucedió con el resto de policías de la región, tuvo como fin preservar los intereses de los poderosos para lo cual se requería de un aparato coercitivo que asegurara el orden interno, asentado sobre la concepción de que es necesario controlar al pueblo pobre (las “clases peligrosas”), pues es en donde se concentra el delito, pero, además, donde reside la fuerza transformadora de la sociedad. Así, la criminalización de los pobres se correlaciona, desde su origen, a la función policial.

La llegada al poder de la Revolución Bolivariana, en 1999, abrió la esperanza de un cambio estructural de la realidad. En 2006, el comandante Chávez impulsó el proceso de Reforma Policial más profundo que haya conocido Venezuela. Quienes participamos activamente en este proceso, como fue el caso de quienes hoy integramos Surgentes, vivimos, durante los primeros años de la Reforma Policial, la potencia transformadora que la actuación policial, bajo estándares de respeto a los derechos humanos, tiene para revertir un modelo de seguridad criminalizador de la pobreza y reproductor de la desigualdad.

Por el contrario, en los últimos años hemos sido testigos, desde nuestra práctica territorial en una comunidad urbana de Caracas, del incremento sustancial de la violencia policial en los sectores populares, lo que indica que la Reforma no logró hegemonizarse al interior de la policía y experimenta un proceso de clara regresión.

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