Elecciones seccionales 2023 Ecuador

Este 5 de febrero de 2023, Ecuador elegirá a sus nuevas autoridades seccionales, en un contexto que marca de manera particular la participación política de las mujeres. Luego de las reformas al Código de la Democracia, los partidos y movimientos políticos se han visto obligados** a inscribir más mujeres en sus listas, ya no solo de manera alternada, sino respetando el encabezamiento femenino en las listas pluripersonales y en las candidaturas unipersonales.

Un elemento que marcó la participación política de las mujeres en 2022 fue la lucha emprendida por decenas de concejalas que en todo el Ecuador demandaron el cumplimiento del principio de paridad en las alcaldías, como lo establece la Constitución ecuatoriana. Asimismo, la mediatización de varios casos de violencia política contra mujeres políticas ecuatorianas que iniciaron procesos en la justicia electoral permitió colocar este tema en la sociedad, aunque todavía no se ha logrado permear la agenda política del Movimiento de Mujeres y feministas en el Ecuador.

En este contexto, aparentemente favorable, más mujeres buscan disputar el poder político en prefecturas, viceprefecturas, alcaldías, concejalías y juntas parroquiales, que constituyen los gobiernos autónomos descentralizados del Ecuador. Con estos antecedentes, en este artículo se busca explorar algunas interrogantes: ¿por qué el principio de alternancia no bastó para asegurar una participación equitativa de las mujeres? ¿Han cambiado las reglas de juego político en estas elecciones, donde más mujeres participan de manera más visible? ¿Cómo ha impactado, de manera concreta, que el país hable de violencia política? Finalmente, ¿de qué manera la mayor participación femenina en estas elecciones mejora la democracia y asegura la representación plural de las mujeres?

* Fundación Shungo se conformó en 2020, en Ecuador, con el fin de integrar a procesos de justicia social con un enfoque de sanación feminista holística.

** En la coyuntura preelectoral de fines de 2022, y en el contexto del proyecto Kilago, varias mujeres políticas testifican los términos que se usan desde las dirigencias políticas para referirse a la participación femenina, que en general es vista como una imposición y una pérdida de terreno de los liderazgos masculinos.

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