Contra la ideología de lo inevitable

Si alguna palabra puede iniciar la presentación de la publicación Alternativas al desarrollo: la destrucción del planeta no es un destino, es la palabra esperanza. Nuevas miradas alumbran otros caminos y señalan algunas pistas de salida del depredador modelo económico que el sistema capitalista mundial quiere implantar a la fuerza y que conlleva la violación de derechos humanos y de la Naturaleza.

El cuestionamiento del fatalismo extractivista, como único medio para superar la pobreza, es un importante aporte del texto. Esta ideología de lo “inevitable”, es utilizada por algunos gobernantes de América Latina para justificar la arremetida petrolera sobre las selvas tropicales de mayor riqueza ecológica en el Continente.

¿Y en el Ecuador? En este capítulo del folleto hay una pregunta clave: ¿Planificación para el Buen Vivir o para el extractivismo? Un breve análisis de los elementos principales de la planificación de la economía ecuatoriana, a través de los planes de desarrollo primero y de planes del Buen Vivir luego, permite avizorar que el anunciado cambio de la matriz energética y productiva que se presentó al país después de las elecciones de 2013, implica seguir explotando el petróleo, abrir un espacio importante a la explotación minera y la expansión de monocultivo para biocombustibles. Es decir que “para salir del extractivismo se plantee más extractivismo. Y agotar aceleradamente todos los recursos naturales que el Ecuador posee.”

La salida a esta paradoja es volver a discutir el desarrollo en su integralidad. El desafío crucial, subrayan los autores, consiste en buscar colectivamente, entre todas y todos, alternativas de fondo para construir una sociedad más allá del capitalismo, más allá del colonialismo y de las relaciones patriarcales. Que las soluciones que busquemos deberían garantizar que para las generaciones que vienen, existirán condiciones para una vida buena y digna en este planeta.

Dentro del amplio horizonte de temas de reflexión que se ofrece como un conjunto de argumentos, de propuestas alternativas y de acciones posibles para construir economías más allá de esa dependencia del extractivismo, un punto de partida que nos ayuda a concebir el mundo que queremos es el concepto del Sumak Kawsay (Buen Vivir), que tiene su origen en cosmovisiones indígenas:

Los humanos somos Naturaleza, y necesitamos convivir en equilibrio y armonía con ella. La vida, para que se regenere y permita el bienestar de los seres humanos y las generaciones futuras, solo puede ser entendida como relaciones de convivencia en reciprocidad complementaria entre seres humanos y con la Naturaleza. Si no logramos que la vida como totalidad se regenere en equilibrio, la propia vida de los seres humanos está en peligro, independientemente de los avances que podamos tener en términos de distribución de la riqueza.”

Miremos esta publicación como una invitación abierta, un espacio de difusión, una perspectiva y un horizonte, una apuesta clara y un compromiso con los objetivos históricos de las luchas sociales. Este esfuerzo del Grupo Permanente de Trabajo de Alternativas para el desarrollo, es fruto de las discusiones y de procesos de validación con representantes de organizaciones sociales del Ecuador. En este conjunto de voluntades, la Fundación Rosa Luxemburg y Radialistas apasionadas y apasionados merecen reconocimiento por este significativo aporte educativo de incidencia social.

* Elsie Monge: Directora Ejecutiva del CEDHU

Leer y descargar el folleto Alternativas al desarrollo. La destrucción del planeta no es un destino