La Venezuela de hoy. Polarización, tensiones y crisis en algunas cifras

Análisis de coyuntura

La situación política actual en Venezuela es de una profunda crisis económica, política y social, en un estado de tensa calma, luego de un proceso de alta confrontación en las calles entre abril y julio de 2017. Las protestas, canalizadas y lideradas por los sectores y el partido de oposición como Voluntad Popular, Primero Justicia y Acción Democrática, dejaron alrededor de 130 fallecidos, entre civiles y funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado. Los funcionarios fueron asesinados por manifestantes, los manifestantes asesinados por cuerpos de seguridad del Estado, mientras otros fallecieron debido a las revueltas, en circunstancias poco claras, etc.[1]

La elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) fue un punto de inflexión en este panorama político de confrontación. Pese a que esta convocatoria fue ampliamente rechazada por los sectores de oposición, la elección se llevó a cabo con cambios importantes en materia electoral: se establecieron nuevos centros de sufragio; no se usaron el sistema de captahuellas ni de los cuadernos de votación; solo participaron candidatos afines al gobierno, y no hubo observadores de los partidos de oposición. Los resultados alcanzaron una participación de 8 089 320 electores, lo que representa el 41,53 % del padrón electoral. Sin embargo, la oposición ha planteado que hubiera podido existir presiones al electorado para sufragar, así como manipulación de las cifras.

Cabe destacar que todos los votos de la ANC fueron para el chavismo, que fue el único sector que se postuló a estas elecciones. La ANC, más allá de redactar una nueva Constitución (proceso aún incierto), se ha centrado en configurarse como un poder por encima de la Asamblea Nacional (AN), de mayoría opositora.

Luego de esta elección, el gobierno realizó el llamado a elecciones regionales, para elegir gobernadores y alcaldes en todo el territorio nacional. Las elecciones de gobernadores debieron realizarse el año pasado; sin embargo, fueron pospuestas por el Consejo Nacional Electoral, que adujo razones económicas. Finalmente, se realizaron el pasado 15 de octubre, con una contundente victoria al chavismo, que logró 18 de las 23 gobernaciones. Cabe destacar que a los gobernadores de oposición electos se les exigió a juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente. Cumplieron con la juramentación los gobernadores electos pertenecientes al partido Acción Democrática, mientras que el gobernador electo por el estado de Zulia, Juan Carlos Guanipa, del partido Primero Justicia, se negó; este acto fue considerado por la ANC una “falta absoluta al cargo”, y decidieron designar a una gobernadora encargada hasta repetir los comicios en diciembre (conjuntamente con las elecciones de alcaldes).

El Gobierno, aunque con crecientes niveles de impopularidad, ha conseguido mantenerse en el poder, y luego de las elecciones de la ANC y de gobernadores pareciera haberse afirmado. Sin embargo, el chavismo gubernamental como proyecto político se encuentra debilitado y desdibujado, con acusaciones de corrupción, con cada vez mayor presencia de los militares en espacios de poder, y con sectores en pugna.

Asimismo, el gobierno no termina de acertar en medidas económicas que puedan paliar la crisis, y cada vez aumenta más el cercamiento internacional, principalmente por parte de la administración de Donald Trump, que viene decretando sanciones económicas sobre algunos funcionarios, y recientemente sanciones financieras contra el país.[2] No se cuenta con cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV) desde hace más de un año, pero, según reportó el BCV al Fondo Monetario Internacional (FMI), para 2016 la inflación fue de 274,4 %, la segunda más alta del mundo, después de Sudán del Sur. Sin embargo, la comisión de Finanzas de la AN, plantea que la inflación acumulada hasta agosto de 2017 era de 366,1 %.[i]

 

La fragmentación de la oposición de derecha

 

En un escenario altamente polarizado, el resultado de las elecciones regionales fue clave para mirar cómo el mapa nacional de los actores se encuentra en pugna. El partido Acción Democrática pareciera ser el único que ha salido fortalecido de la contienda electoral, en una Mesa de la Unidad Democrática (MUD) dispersa y fragmentada por sus propias contradicciones y luchas internas.

Los abstencionistas en los últimos comicios, que pueden repetir para la próxima contienda de alcaldes, estarían vinculados a los sectores de oposición desencantados, lo que termina favoreciendo al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Los partidos políticos y organizaciones de derecha han intentado canalizar el descontento de la población hacia el Gobierno. Sin embargo, el carácter violento en que devinieron las protestas en las calles ha hecho que muchos sectores de la sociedad se desmarquen de estos partidos. Asimismo, su historial vinculado al intento de golpe de Estado en 2002,hace que sectores populares y más de centro izquierda se distancien de sus iniciativas.

La actuación de estos partidos en su incapacidad para “salir” del gobierno, sus vinculaciones a casos de corrupción, la falta de una agenda política y económica que plantee soluciones, e incluso la dificultad de los partidos para articularse entre sí, ha hecho que algunos sectores de la sociedad civil de oposición se sientan desesperanzados por estos liderazgos.

 

Las izquierdas en dispersión

Aquí habría que hacer una primera acotación: actualmente existen diversos debates en Venezuela y en América Latina sobre qué es ser de izquierda, desde la experiencia de los gobiernos progresistas, el auge de las derechas y las experiencias nacional-populares neoextractivistas. En el caso venezolano, la polarización política parte el panorama en dos bandos: el chavismo, cuyo partido es el PSUV, y la oposición, articulada en la MUD.

Dicho esto, el partido de Gobierno (PSUV) en este momento está fortalecido por el resultado electoral de la ANC, desde la que además ejerce amplios poderes, aunque la Asamblea Nacional sea de oposición (esta ha sido inhabilitada). También tiene el control del poder judicial, electoral y moral. Así mismo, está a cargo de la mayoría de alcaldías y gobernaciones del país.

Las organizaciones políticas de izquierda del campo popular se han mantenido articuladas en torno al chavismo, con algunos niveles de crítica, pero asumiendo la defensa del Gobierno; han intentado continuar tejiendo propuestas de transformación en el marco de la crisis política y económica. Los consejos comunales, comunas y diversas organizaciones originadas en el chavismo están actualmente en un momento de reflujo, y aunque algunas mantienen su potencia y autonomía, otras están reconfiguradas en espacios de organización para paliar la crisis.

En lo referente a las organizaciones sociales y movimientos populares, están debilitados en sus agendas de lucha, y muchos se han rearticulado en la figura organizativa de los Comités Locales para el Abastecimiento y la Producción (CLAP), que son una figura creada por el Gobierno para la distribución de alimentos básicos. Sin embargo, siguen existiendo comunas, consejos comunales y movimientos populares autónomos que intentan tejer alternativas colectivas a la crisis a partir de la producción, distribución y consumo desde la organización popular autónoma.[3]

Venezuela: selección de indicadores económicos

La ausencia de estadísticas confiables sobre la situación socioeconómica en Venezuela es uno de los principales problemas a la hora de evaluar las dimensiones de la crisis. El Gobierno venezolano dejó de publicar los indicadores económicos oficiales desde el año 2014. Por esta razón, a continuación se presenta una selección de indicadores disponibles de fuentes alternativas.

 

  • Durante los últimos cuatro años la crisis socioeconómica se ha agravado. La contracción del PIB se estima en 10 % para el año 2018, mientras que los ciudadanos venezolanos sufren cotidianamente una vertiginosa inflación que, según el FMI, alcanzaría 653 % en 2017 y más de 2 300 % para 2018.

 

Gráfico 1. Venezuela: Total del Producto Interno Bruto (PIB) 1996-2016

Cifras de crecimiento anual (en porcentajes)

  • El colapso del modelo rentista se evidencia además en una intensificación de la dependencia de los ingresos del Gobierno venezolano del petróleo hasta alcanzar 85,1 % en 2013, como se observa en el gráfico 2. Posiblemente esta sea aún mayor en 2017.

 

Gráfico 2 Venezuela: principales productos de exportación en años seleccionados

(en porcentajes)

  • Los últimos datos económicos publicados por el BCV (2015) mostraron un cierre de la inflación de 2015 en 180,9 %, una caída del PIB a -5,7 %, la reducción de la actividad petrolera hasta -0,9 % y la reducción de la actividad no petrolera a -5,6 %.
  • En cuanto a las estadísticas de salud, el Ministerio de Salud venezolano publicó el Boletín Epidemiológico luego de dos años de ausencia de datos. Estas cifras indicaron un aumento de 30 % de la mortalidad infantil, 65,79 % para la mortalidad materna y un aumento de 76,4% de los casos de malaria respecto a 2015.
  • El precio de la Canasta Básica Familiar, de acuerdo con cifras del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cenda-FMV), registró un aumento de 339,3 % en junio 2017 en relación con el año anterior. La Canasta Básica en julio de 2017 equivalía, según la misma fuente, a 16 salarios mínimos.

 

Algunos debates y luchas en la sociedad venezolana

 

Los debates centrales de la sociedad venezolana se encuentran atravesados por la coyuntura de la crisis económica y la polarización política. Así, los espacios democráticos y de participación política, ampliados durante la primera etapa del chavismo, en estos últimos cuatro años se han visto debilitados en sus expresiones formales y en las elecciones (suspendidas, prorrogadas, etc.), así como en sus expresiones organizativas populares (consejos comunales, comunas, comités de tierras urbanas, etc.).

Al respecto de los derechos de las mujeres, de acuerdo con la Agenda de género y diversidad sexual LGTBI, podemos decir que aunque el país cuenta con una legislación que tipifica 21 tipos de violencia contra las mujeres y se han realizado esfuerzos por combatirla, los feminicidios han aumentado.[4] Asimismo, la tasa de mortalidad materna aumentó 64 % el 2016 con respecto al año anterior y la mortalidad infantil se incrementó en un 30 %. El embarazo adolescente, según el informe ‘Estado de la población mundial del Fondo de las Naciones Unidas para la Población’, se ubica en la tercera tasa más alta de América Latina (en mujeres entre 15 y 19 años, 95 por cada 1 000).[5] Además, la crisis económica ha generado una creciente escasez y encarecimiento de los anticonceptivos. Por otro lado, las mujeres que ocupan cargo de representación política, sean del gobierno, o de la oposición, no suelen impulsar agendas feministas o de género. La discusión sobre la despenalización del aborto está detenida en los espacios legislativos, así como los debates sobre el matrimonio igualitario, el reconocimiento de identidad a la población trans, etc. Sin embargo, las organizaciones feministas, de mujeres y de diversidad sexual siguen existiendo e intentando articular sus agendas a pesar de que la coyuntura muchas veces les arrope.

En el marco de la crisis económica también ha habido un incremento sustancial de la migración hacia países de América Latina, con Colombia, Perú, Ecuador y Chile como los principales destinos; esto ha generado un fuerte flujo migratorio de venezolanos en la región. En la primera década del chavismo, los migrantes solían ser sectores de clases medias altas y altas, simpatizantes o vinculadas a sectores de oposición. Hoy día la migración está compuesta también por sectores populares empobrecidos. No se cuenta con cifras oficiales sobre esto.

Con respecto al modelo de desarrollo y su relación con la naturaleza, el Gobierno ha profundizado el patrón extractivo, intentando paliar la crisis de los precios del petróleo con la importación de minerales. El proyecto del Arco Minero del Orinoco, que compromete para la extracción minera una extensión similar a la de todo el territorio cubano, ha sido objeto de críticas por las organizaciones ambientalistas e indigenistas, puesto que amenaza con destruir ecosistemas anclados en territorios con presencia de pueblos indígenas, y profundizar en la matriz extractiva dependiente.

Por otra parte, los medios de comunicación no han estado exentos del panorama polarizado. Los medios privados han estado profundamente vinculados a las agendas de la oposición, mientras que los medios del Estado invisibilizan la crisis y suelen ser medios de propaganda del gobierno (por ejemplo Venezolana de Televisión, que es el canal del Estado). No hay muchos referentes de prensa crítica, y con autonomía, aunque entre estos se destacan Aporrea y Contrapunto, que son portales digitales (www.aporrea.org, www.contrapunto.com ).

[1] https://www.aporrea.org/ddhh/a250153.html; http://albaciudad.org/2017/07/lista-fallecidos-protestas-venezuela-abril-2017/
[2] http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41055728
[3] https://actualidad.rt.com/actualidad/216843-venezuela-ciudadanos-crean-nuevas-cadenas
http://www.eldiario.es/internacional/Venezuela-Caracas-San-Agustin_0_681732618.html
[4] Según datos de la Cepal y del Ministerio Público, en 2014 hubo 74 feminicidios de mujeres de 15 años y más; en 2015, 121, y para el primer semestre de 2016 ,75 feminicidios consumados, sin contar con la cifra oficial con que cerró el año.
[5] http://contrapunto.com/noticia/venezuela-y-la-maternidad-obligatoria-163992/
[i] http://www.portafolio.co/internacional/inflacion-en-venezuela-esta-en-366-en-el-2017-509477